La desconexión entre la automatización inteligente y las necesidades reales de los trabajadores

Una oficina moderna llena de empleados, cada uno trabajando en sus escritorios.

La expansión de la automatización inteligente tiene el potencial de revolucionar el ámbito laboral.  No obstante, una reciente investigación de la Universidad de Stanford muestra un alarmante desajuste entre lo que las empresas emergentes de inteligencia artificial están generando y lo que verdaderamente requieren los empleados.  Este fenómeno está provocándoles el derroche de recursos considerables en soluciones que no tratan los desafíos que ellos afrontan cotidianamente.

 

Las prioridades desalineadas de las startups de IA

El estudio de Stanford muestra que el 41% de las herramientas de automatización desarrolladas por startups respaldadas por Y Combinator se encuentran en zonas de “baja prioridad” o incluso de “luz roja para la automatización”. Estas áreas son aquellas donde los trabajadores no desean automatización o la resisten activamente. En lugar de enfocarse en tareas repetitivas que los empleados están ansiosos por externalizar, muchas startups concentran sus esfuerzos en automatizar aspectos estratégicos o creativos del trabajo, donde la intervención humana sigue siendo crucial y valorada.

Una oficina ocupada con empleados frustrados lidiando con pilas de documentos y equipos obsoletos.

El costo de la desconexión

La falta de alineación no solo es una cuestión de preferencias, sino que representa un despilfarro significativo de recursos.

  • Miles de millones de dólares se destinan a soluciones de automatización que no abordan los verdaderos cuellos de botella de productividad.

  • Los empleados continúan lidiando con tareas tediosas como la entrada de datos, la elaboración de informes y la resolución de problemas de TI.

  • Las startups, por su parte, persiguen casos de uso más llamativos, como estrategias de marketing automatizadas.

  • También se enfocan en la gestión de relaciones con clientes, sin solucionar las necesidades básicas de las empresas.

  • Esta desalineación conduce a un uso ineficiente de los recursos, ya que no se abordan los problemas críticos del día a día.

  • Invertir en tecnología sin que resuelva los problemas fundamentales resulta en un gasto innecesario y poco productivo.

  • Para mejorar la eficiencia, es necesario que las empresas realineen sus objetivos con las verdaderas necesidades operacionales.

Un equipo de desarrolladores de IA está en una sala de conferencias, discutiendo con empleados de una empresa que usan sus herramientas.

Empatía y diseño centrado en el usuario: claves para el futuro

El problema central identificado en el desarrollo de inteligencia artificial es la falta de empatía y diseño centrado en el usuario.

  • Muchos fundadores de startups están más motivados por las expectativas de los inversores que por las necesidades reales de los usuarios.

  • Estos emprendedores tienden a desarrollar herramientas que resuelven problemas teóricamente atractivos, pero que pueden no ser prácticos en el día a día de los empleados.

  • La brecha entre la oferta y la demanda en las herramientas de IA surge de no involucrar a los usuarios finales en el proceso de desarrollo.

  • El artículo sugiere que para corregir este desajuste, sería esencial el uso eficaz de datos reales.

  • Un enfoque sugerido es el diseño de procesos más inclusivos que fortalezcan la participación y la retroalimentación directa de los usuarios.

  • Involucrar a los usuarios desde la fase inicial del desarrollo podría llevar a productos más útiles y satisfactorios para las personas.

  • Considerar la empatía y la experiencia del usuario durante el diseño puede mejorar la adopción y efectividad de las herramientas de IA.

  • La implementación de estos cambios podría ayudar a cerrar la brecha entre lo que se desarrolla y lo que realmente se necesita.

 

La automatización inteligente tiene el potencial de revolucionar la productividad y la satisfacción laboral, pero solo si se alinea con las verdaderas necesidades de los trabajadores. Ignorar esto no solo desperdiciaría recursos, sino que también podría aumentar la resistencia a la automatización y ralentizar su adopción. El futuro del trabajo debe construirse sobre la colaboración entre humanos y máquinas, manteniendo las tareas que brindan propósito y satisfacción en los trabajos.


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